miércoles, 18 de abril de 2012

Impacto económico y ambiental del uso de nuevos materiales



A medidas que ha ido evolucionando el ser humano, ha esforzado a la naturaleza para poder sobrevivir. Ahora nos estamos dando cuenta de una realidad bastante dura. Nunca antes habíamos dependido tanto como dependemos ahora.


Un ejemplo bastante significativo es el petróleo, ya que mundialmente dependemos de él. Actualmente llevamos un ritmo acelerado en el que las reservas no tardarán en agotarse. Si no desarrollamos más alternativas que lo sustituyan las consecuencias pueden ser irreversibles y con ello el colapso de la economía mundial.


El uso de materiales nuevos acarrea consecuencias económicas, ecológicas, políticas y sociales. Actualmente, el Tercer Mundo es el escenario de conflictos debido a la lucha por conseguir materia prima. La mayoría de estas tragedias suceden en África, un continente donde se encuentra la mayor reserva mundial de minerales como el oro, aluminio, etc. Los países europeos abandonaron sus políticas coloniales y permitieron que los países africanos se independizaran siendo víctimas de una explotación llamada neocolonialismo.


La basura tecnológica


Los residuos convencionales constituyen un serio problema, pero los tecnológicos se han convertido en un gravísimo problema por dos motivos:


- Los aparatos electrónicos son muy complejos cuyos componentes son difíciles de separar.


- Algunos materiales son nocivos para la salud. Se trata de metales pesados y toxinas que  si no son tratados adecuadamente pueden difundirse por tierra, mar y aire.


A continuación te nombro algunos componentes muy peligrosos:


Plomo: causan trastornos neuronales, dañan los riñones y el aparato reproductor. Si se inhala los pulmones estarían seriamente dañados.


PVC: Cuando se queman, se liberan a la atmósfera sustancias clonadas llamadas dioxinas (son tan tóxicas que el ejército de EE.UU las empleó como arma química en la guerra de Vietman.



Bromo: afectan a la glándula de tiroides, provocando alteraciones en el crecimiento y malformaciones fetales.


Bario: No es tan peligroso como los demás, pero una exposición prolongada a dosis elevadas puede causar alteraciones orgánicas.


Cromo: Al inhalarse causa bronquitis crónica, aumenta el riesgo de cáncer de pulmón y puede dañar el hígado y los riñones.


Mercurio: Está  relacionado con deficiencias cerebrales y hepáticas, especialmente en fetos y lactantes, ya que pueden pasar a la leche materna.


Berilio: Es cancerígeno.


Cadmio: Puede degradar seriamente los riñones y los huesos.


Estos residuos no deben mezclarse con la basura normal. Los ayuntamientos han dispuesto emplazamientos de recogida selectiva: los puntos limpios. Ahí se depositan los desperdicios que necesitan un proceso adecuado.





















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