Reducción del consumo:
Utilizar medios de transporte público para consumir menos combustibles; así prevenimos el efecto invernadero y contribuimos a una atmósfera más limpia.
Racionalizar el uso del agua, duchándonos en lugar de bañarnos, mantener el grifo cerrado mientras nos lavamos las manos y los dientes. No usar la lavadora o lavavajillas a menos que estén completo.
Cuando llegan las rebajas, evitar el consumo que no necesites, aunque los precios sean más bajos.
No dejarse esclavizar por las modas y la ropa de marca. Muchas multinacionales obtienen beneficios a costa de los niños.
Evitar comprar productos con exceso de material de embalaje y empaquetamiento.
Acudir al mercado con un carro de la compra o reutilizar bolsas para evitar generar residuos innecesarios.
Reutilización de objetos que han perdido su función original:
No tirar las bolsas de plásticos, debemos guardarlas para diversos usos.
Utilizar los folios impresos por una cara, aprovechando el espacio limpio para tomar apuntes.
No tirar nuestra ropa y calzado, existen organizaciones que se dedican a recoger ropas usadas para dárselas a aquellas personas que las necesiten.
No tirar los electrodomésticos cuando tenga una avería, las reparaciones ayudan a prolongar la vida de nuestros aparatos.
Comprar pilas recargables.
Sobretodo utilizar la imaginación. Podemos encontrar utilidad a objetos que consideremos inútiles.
Reciclaje:
Se deberá separar los residuos en nuestras casas, debe de haber cuatro contenedores de reciclajes: residuos orgánicos, papal y cartón, vidrio y plásticos y metales.
Comprar artículos con materiales fácilmente reciclables como el vidrio o el cartón.
Consumir artículos elaborados con materiales reciclados, aunque sean un poco más caros y de menos calidad. Así el reciclado será más rentable y crearemos empleo.
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